La argentina Magalí Etchebarne gana el Premio Ribera del Duero de Narración Breve
Sergio C. Fanjul
El libro ‘La vida por delante’ (Páginas de Espuma) consta de cuatro relatos que rozan la novela corta y que tratan de la madre, la muerte, el trabajo y el amor
La escritora argentina Magalí Etchebarne (Buenos Aires, 1983) ha ganado el VIII Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve, con su obra La vida por delante, que publica la editorial Páginas de Espuma. El premio, que se anunció este miércoles a mediodía en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, tiene una dotación de 25.000 euros. Han resultado finalistas las escritoras Fernanda Trías, Katya Adaui, Nuria Labari y Dahlia de la Cerda. Se presentaron 1.114 manuscritos, un 17% más que en la edición anterior.
Las cuatro piezas hablan de dos hermanas que se disponen a arrojar las cenizas de su madre al mar y asumen los restos emocionales de su existencia. De dos mujeres unidas por el trabajo, una escritora de novela erótica y otra correctora de estilo, que viajan a las cataratas de Iguazú con el afán de escapar de realidad y se topan con la realidad del suicidio. De un grupo de amigas de más de 50 años que tratan de asimilar el paso del tiempo, la enfermedad y la huida de sus maridos. De una pareja en crisis, perteneciente al mundillo teatral, que intenta salvar su relación para descubrir que el conflicto es lo único perenne. “Los cuentos forman una familia, pero pueden leerse de forma independiente”, explica la autora.
El premio había sido ganado en anteriores ediciones por Marcos Giralt Torrente, Guadalupe Nettel, Samantha Schweblin, Liliana Colanzi o Antonio Ortuño. La actual premiada estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y trabaja como editora en la división de ficción de Penguin Random House en Argentina. En su obra se incluyen el libro de cuentos Los mejores días (Las afueras, 2017) o el poemario Cómo cocinar un lobo (Tenemos las máquinas, 2023).
El cuento, género rey en Argentina
El género del relato, que muchas veces es considerado en España un arte menor con respecto a la novela, y cosecha por lo general menos lectores, es en la Argentina natal de Etchebarne algo así como un producto nacional. “Allí los grandes escritores han sido cuentistas, como Borges o Cortázar, de modo que es un género sobre el que hay una mirada muy positiva, celebratoria, es el género rey. Es lo que primero que leemos la mayoría de los argentinos, y esa tradición está desde el inicio irradiando mucha influencia”, dice la autora. Unos relatos, los de Etchebarne, que a pesar de tratar los temas más hondos de la existencia no renuncian al humor. “Lo veo necesario para bajar los decibelios, me interesa mucho esa batalla de la escritura que es no ponerse demasiado solemne”, explica.
La situación en el país austral no está, sin embargo, para demasiada comedia. “Vivimos una situación muy compleja, de mucha incertidumbre económica, social y política. Es un bombardeo constante de noticias sobre las medidas, sobre las declaraciones del presidente Javier Milei y de su entorno. Hay bastante frustración en relación a ciertas medidas que llaman de ajuste, pero que creo que son bastante dañinas”, concluye la autora.