¡2.a edición!
Una tarde muere y aparecen todas las preguntas pero también nuevas certezas. Es como aprender un lenguaje nuevo, el de la poesía. Ahora, Magalí Etchebarne tiene que desarmar la casa. Recorrerla de nuevo, una última vez, una vez más, vacía. Imposible no invocar a Anne Carson: “Si la prosa es una casa, la poesía es alguien en llamas corriendo a través de ella”. Pero, lo prefiera o no, este fuego está controlado. Es un fuego moderado por alguien que dispone de su propia desesperación.
Un año se pasa de ser hija a poeta, y los versos se convierten en manotazos a la memoria de lo último pero también lo primero. Se trata de cruzar “una soga por el precipicio” olfateando cada rincón como un perro de caza, sabiendo que incluso así los olores se pierden, las voces quedan tal vez sólo en un casete, y que esa voz suena distinta del propio recuerdo. Armar un lexicón de gestos, lunares, palabras inventadas, cositas insignificantes, alimento para pájaros. Así se cocina una vida, así se tramitan los legados y los silencios: a fuego lento, cocinando al lobo de los fantasmas.
Marina Mariasch
Fabián Casas: «El lobo que Etchebarne quiere cocinar es ese que aparece algunas noches y que está construido con nuestras ansiedades y temores. Tiene los ojos rojos y habla en un argot de las fronteras entre el sueño y la vigilia.»
Katya Adaui: «Conmovedor diario de duelo, breve, alado. Magalí Etchebarne tamiza el lenguaje para sobrevolar la casa de su infancia. Con una contención que a la vez grita, un descubrimiento: el padre le hereda su reino animal y la madre, lo que reverbera en el silencio.»
Hinde Pomeraniec: «Un libro que es un abrazo.»
Flavia Pittella: «Una obra preciosa, doliente y universal sobre la muerte de los padres.»
Javiera Pérez Salerno: «Cuando pensaba que el de los vínculos familiares era un tema agotado, llega este libro para refundarlo.»
Agustina Larrea: «Con delicadeza y como quien cocina a fuego lento entre el dolor y el eco de una voz poderosa.»
Diego Trerotola: «Quiero enterrar este libro en el jardín para que alguna vez lo descubran como un tesoro.»
Poema
Cuando ellos ya no estén, solo
quedarán sus plantas
abrazándose salvajes, creciendo
desconcertadas. Mi hermana y yo
nos habremos llevado todo: los secretitos
de la noche grabados en la mesa de luz,
las cenizas que duermen en cofres de mármol,
todos esos muebles gigantes
como máquinas a vapor,
las fotos —todas las fotos en blanco y negro
en las que el pasado parece mentira—,
los problemas suaves, de épocas
sin distracción. Y así,
cargadas, vamos a caminar
por la costa varicosa de los años.
Alguna dirá ¿qué harán los que vengan
con la casa, con los dos plátanos altos
de la vereda? ¿Se animarán
a tirar todo abajo? Ese coraje
no será nuestro. Empieza después
de esta historia. Ahora, estamos de espaldas
al futuro, no es que lo evitemos,
juntamos fuerza.
Soltamos al cielo
palabras, un oráculo, una
traición. Ofrendas lanzadas al mar
cargadas de flores y preguntas, deseos
y nuestros nombres tallados sobre todo
lo que tuvimos: lo más bello y lo espantoso.
Después, ya no seremos animales pesados
husmeando en la orilla, sino esa pareja de aves
revoloteando su hogar.
ISBN: 978-987-3633-35-5
Número de páginas: 80
Año de publicación: 2023