Cuando los directores de cine tienen algo qué decir

Inusual revista de cine que va por su número 3, en la que cineastas de prestigio como Matías Piñeiro, Nicolás Prividera, Víctor Erice y Harun Farocki firman artículos que son como pensamientos en voz alta.

Por Horacio Bernades

Inspirada en la publicación alemana Revolver, Las Naves es una revista-libro de carácter monográfico y publicación periódica. De formato pequeño (14,5 x 10,5 cm), apto para el bolso de la dama y el bolsillo del caballero, la peculiaridad de Las Naves (cuyo enigmático título incita involuntariamente al quemado) es que en ella son los directores de cine los que piensan, escriben, ensayan, eventualmente teorizan o ejercen la crítica. Tras un primer número dedicado a los manifiestos de cine contemporáneo (puede leerse íntegro en <www.tenemoslasmaquinas.com.ar/las-naves>) y un segundo volumen ocupado por diarios de cine, el que circula actualmente en librerías es Lecciones de cine. La clave reside, en todos los casos, en la elección de los autores: se trata de cineastas con algo para decir. Algo que no siempre sucede. 

Los tomitos previos recopilaban textos de Albertina Carri, Andrés Di Tella, Apichatpong Weerasethakul, Carlos Reygadas, Claire Denis, Lucrecia Martel, Miguel Gomes, Raúl Perrone y Alberto Fuguet, entre muchos otros. Las "lecciones de cine" son impartidas en esta ocasión por Víctor Erice, Harun Farocki, Nicolás Prividera, Matías Piñeyro y Javier Rebollo, para dar sólo unos pocos nombres. El nombre de "lecciones" suena un poco demasiado académico para lo que en verdad son pensamientos en voz alta, transcripciones de charlas, reflexiones a partir de la práctica. Lo cual, muy al contrario de reducir su interés, lo multiplica, dándoles una vividez que suele ser ajena al paper. 
De particular brillantez son las intervenciones de Erice, Piñeiro, Prividera y el documentalista chileno Ignacio Agüero. Tan bello y austero como sus films (El espíritu de la colmena, El sur, El sol del membrillo), el texto de Erice discurre con total fluidez, estableciendo rupturas y continuidades entre el presente y el pasado, tanto del cine como de España y el mundo. Puntuando temas y figuras de estilo, Matías Piñeiro (realizador de Todos mienten y Rosalinda) rinde rapsódico homenaje a uno de sus máximos referentes, Alfred Hitchcock, analizando su cine con concisa penetración. 
Ignacio Agüero, de quien en el Bafici 2013 pudo verse la obra casi completa, también recuerda con cálida inteligencia a sus maestros. Todos ellos compatriotas, que le marcaron el camino allá por los '60 y '70: Miguel Littin, Raúl Ruiz, Aldo Francia, Patricio Guzmán. En el texto más sistemático del volumen, Nicolás Prividera teoriza con lúcida claridad sobre lo Real, la realidad y el realismo. Términos que suelen confundirse y que el realizador de M y Tierra de los padres hace muy bien en desagregar.
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