23-08-2023

Cómo cocinar un lobo en Hablar de poesía

Reseña

CÓMO COCINAR UN LOBO
 (Tenemos las máquinas, 2023) de Magalí Etchebarne.
(JVB)

Primer libro de poemas de la autora (que ya había publicado en esta misma editorial un exitoso libro de cuentos, Los mejores días), nacida en Buenos Aires en 1983. El libro gira alrededor de la muerte del padre y, sobre todo, la agonía de la madre. Dice la contratapa de Marina Mariasch: “Una tarde muere y aparecen todas las preguntas pero también nuevas certezas. Es como aprender un lenguaje nuevo, el de la poesía. Ahora, Magalí Etchebarne tiene que desarmar la casa. Recorrerla de nuevo, una última vez, una vez más, vacía. Imposible no invocar a Anne Carson: «Si la prosa es una casa, la poesía es alguien en llamas corriendo a través de ella». Pero, lo prefiera o no, este fuego está controlado. Es un fuego moderado por alguien que dispone de su propia desesperación. Un año se pasa de ser hija a poeta, y los versos se convierten en manotazos a la memoria de lo último pero también lo primero. Se trata de cruzar «una soga por el precipicio» olfateando cada rincón como un perro de caza, sabiendo que incluso así los olores se pierden, las voces quedan tal vez sólo en un casete, y que esa voz suena distinta del propio recuerdo. Armar un lexicón de gestos, lunares, palabras inventadas, cositas insignificantes, alimento para pájaros. Así se cocina una vida, así se tramitan los legados y los silencios: a fuego lento, cocinando al lobo de los fantasmas”.

Compartimos un poema:

*

Leí que la familia es un árbol, aunque me parece un mapa,
con sus bloques de tierra
personas y distancias
zonas peligrosas y ciudades a las que no volveremos.
En los velorios se juntan los continentes
por ese sismo imprevisto. ¡Pero si ayer hablamos!
Ahí estaba la tía con su lengua inentendible,
especie parlanchina y exótica,
y el hermano de mamá, una ruina,
desmarcado para siempre, reliquia de ese apellido.
Al principio, mi familia era mi jardín: enorme, único, suficiente.
Después poco, demasiado corto, una cárcel. Al final
me parece un planeta inexplorado,
alguien trae nombres de antepasados como pasajes,
otra sostiene un bebé puente, uno hereda las hijas
de una muerta y decide colonizarlas.
Una familia también
se parece a una preguntita
que alguien planta en el origen y
nunca nadie responde.