18-04-2018

La editora Julieta Mortati habla sobre la industria editorial en El País Digital

"No poder acceder al libro hace que todo se empobrezca"

Así lo advirtió la escritora Julieta Mortati, directora editorial de Tenemos las Máquinas y la cofundadora del proyecto editorial PAM!, en diálogo con El País Digital.

Julieta Mortati es escritora, directora editorial de Tenemos las máquinas y confundadora del proyecto editorial PAM! En diálogo con El País Digital, habló sobre la situación actual de la industria editorial y sobre las estrategias de las pequeñas y medianas editoriales para hacerle frente a la crisis y a la concentración del mercado.

“Las editoriales independientes pertenecemos como a una especie de mercado muy propio. Yo creo que somos un micromundo. Tenemos un público —que estamos tratando de ampliar—que sigue a las editoriales, que le interesa otro tipo de libros o de literatura y que nos busca directamente. Los grandes grupos tienen diferentes sellos y hacen alrededor de 40 títulos mensuales mientras que nosotros hacemos 40 títulos en 10 años. Esa es más o menos la relación”, explicó.  

Recientemente, la Cámara Argentina del libro dio a conocer las cifras que muestran una importante baja en la cantidad de ejemplares impresos en 2017. ¿Cómo está hoy la industria editorial argentina?

La industria viene decayendo hace tiempo. Hoy en Argentina los grandes grupos hacen tiradas de 2000 ejemplares cuando en otras épocas, en la década del 60, por ejemplo, las tiradas eran de 50 mil, pero, sin embargo, antes eran muy pocos los títulos que se editaban. El mercado cambió y cambia continuamente.

¿En qué sentido ves que cambia el mercado?

Ahora hay una multiplicidad de títulos. Hoy hacer un libro es mucho más fácil que antes. Hay más editoriales y también está la posibilidad de autopublicarse. El trámite es muy sencillo. Si uno tiene el capital para hacerlo, puede hacerlo tranquilamente. En otro tiempo la tecnología no te lo permitía. Ese es el cambio básico.

Ahora hay más cantidad de títulos, pero menos tirada. Hace poco hicimos una reunión con libreros y ellos comentaban que está muy resentida la venta. Nos dijeron que hace rato que no pasaban un momento tan difícil de ventas.

Yo, la verdad, es que estoy en un momento preindustrial, ponele. En Tenemos las Máquinashacemos una tirada promedio de 500 ejemplares. Yo empecé haciendo de a 300 o 250, entonces 500 para mí es un buen número que puedo amortizar en cuanto a costos y ventas.

Los costos, ¿subieron mucho en los últimos dos años?

La verdad es que hacer libros nunca fue un negocio de muchísima rentabilidad. Vos pensá que más o menos tenés que vender la mitad de los libros como para recuperar lo invertido.

Si alguien quiere hacer dinero, no se mete en la industria del libro, porque el libro no es algo que dé mucho margen de ganancia.

Los costos subieron. Siempre subieron un 10 % anual, más o menos. Una cosa es hacer un libro en noviembre de un año y otra es hacerlo en marzo del otro. Realmente cambia. La suba tiene que ver con el papel, que acá en Argentina todavía se maneja en dólares; entonces, eso es lo que mueve la aguja. Los costos son altos; entonces, uno sube el precio del libro y ahí las ventas bajan.

Lo que dicen los libreros es eso: antes muchos se llevaban 5 libros y hoy no. Eligen el que más les gusta y suele ser el más barato, en general. Eso es lo que está pasando.

¿Cuántos libros editaste el año pasado?

El año pasado pude editar cuatro libros. Tres de ellos los hice con ayuda de un subsidio del Ministerio de Cultura y eso la verdad que me ayudó para poder editarlos. En general, mi inversión es muy chiquita y suelo recuperar lo invertido con la venta de los libros. Por lo menos, quedo en cero. Obviamente, que la idea de hacer un libro es poder hacer otro y así, pero a veces eso se desbalancea un poco.

Por suerte, edité a unas autoras a las que le fue muy bien, pero especialmente a Magalí Etchebarne, que fue un boom total. Nunca vendí tanto un libro como ese. La situación estaba pésima, pero a ese libro le fue bien. Probablemente, yo hubiera podido vender más ejemplares en un contexto un poco más amable del que estamos viviendo, pero considerando que estoy acostumbrada a vender trescientos ejemplares, vender mil en un año para mí es un montón.  

El informe, a su vez, muestra un crecimiento  de los grandes grupos editoriales en detrimento de las pequeñas y medianas editoriales. ¿Cuáles son las estrategias para hacerle frente a la concentración del mercado? 

Las editoriales independientes pertenecemos como a una especie de mercado muy propio. Si bien es cierto que estamos compitiendo —en el sentido de que compartimos librerías, bocas de distribución y manera de hacer las cosas con los grandes grupos—, yo creo que somos un micromundo, que tenemos un público —que estamos tratando de ampliar— que es un público que sigue a las editoriales, que le interesa otro tipo de libros o de literatura y que nos busca directamente. Los grandes grupos tienen diferentes sellos y hacen alrededor de 40 títulos mensuales mientras que nosotros hacemos 40 títulos en 10 años. Esa es más o menos la relación.

El otro día nos decía un librero que nosotros en la venta de librerías representamos un 5% de la venta total. A algunos les va muy bien, pero en general es muy poco. La diferencia es que en las editoriales grandes se edita de todo y los libreros no quieren vender de todo. Las grandes cadenas sí te ponen todos los títulos, pero otras librerías donde nosotros estamos —que, en general, no entramos en las cadenas— hacen una selección de libros.

A dos años de la decisión del Gobierno de abrir la importación de libros, ¿resultó nociva la medida para las pequeñas y medianas editoriales?

No sé si directamente, la importación de libros creció mucho y es verdad que, al compartir mesa en las librerías, tenés menos lugar para que tu libro esté visible. Pero también las editoriales españolas están editando cosas que acá no se editan y entonces está bueno.

Son libros caros, igual, de más de $400. Algunas de las editoriales chicas tienen precios similares, pero nosotros no competimos con esos libros.

Lo que sí, antes éramos un mercado competitivo, hay un público turístico que perdimos. Los chilenos y uruguayos venían a Buenos Aires a comprar libros porque eran mucho más baratos y ahora ya no. Los precios aumentaron de tal modo que el mercado está totalmente desbalanceado. Antes venían acá y se compraban todo porque allá en Chile o en Uruguay era imposible. Ahora estamos casi al mismo precio y eso es una locura.

¿Cuáles crees que son las consecuencias de esto?

Esto nos hace mal en todo sentido, porque estamos hablando de la cultura y es como que cada vez está más restrictiva. Además, en un país donde las bibliotecas no están incorporadas en la sociedad, hace que el acceso al libro sea muy difícil y eso perjudica a todos. No poder acceder al libro hace que todo se empobrezca.

Nosotros seguiremos sacando libros en la medida de nuestras posibilidades, tratando de hacer el esfuerzo, sacar menos ejemplares, pensarlos mejor, tener paciencia con el tema de las ganancias y pasarla.

¿Qué opinás de la Feria del Libro como ventana de las editoriales al lector?

Es un evento que tiene demasiados días, eso es muy desgastante para los editores y para los libreros. En ningún lugar del mundo hay una feria de tantos días. Pero a nivel ventas, conozco muchas editoriales chicas que han puesto su stand o lo han compartido y les ha rendido muy bien. Han podido costear el stand y han podido hacerse una diferencia. Así que, en ese sentido, lo celebro.

A modo cultural, es una feria que, si bien es cierto que es muy difícil hacer eventos ahí o ir a eventos porque nunca se termina de escuchar bien y todo es un poco mediático, es el único evento anual que tenemos en Buenos Aires que acerca a la gente no muy lectora. Hay personas que no entran en ningún momento del año a una librería, pero para la Feria del Libro se compran algo o se conectan nuevamente con el libro.

Nosotros vamos a estar en el stand de La Coop, que se llama Frente latinoamericano. Muchas editoriales chicas vamos a estar ahí con un espacio para tener presencia. La verdad es que tengo muchas expectativas, la Feria del Libro más la Feria de Editores, que va a ser en agosto, nos hacen la diferencia de ventas, más allá de los eventos que organicemos en el año. Son eventos importantes para juntar algo de capital y poder reinvertir.