Poesía por donde se la mire
Por Florencia Scarpatti
“En el matrimonio, dice mi mamá, las mujeres somos esos hombres en la pista de aterrizaje, haciendo señales, juegos con las manos para que bajen a tierra, para que lleguen bien, para que sepan hasta donde.”
“Anoto esto en mi cuaderno: este amor no tiene marcha atrás. Va a ser en una sola dirección, una bala hacia el futuro. Desenamorarme ahora sería como vaciar el río con las manos.”
Se escribe mucho sobre relaciones amorosas y familiares pero es difícil destacarse con una mirada distinta. Magalí Etchebarne lo hace en su primero y precioso libro de cuentos que también puede leerse como poesía porque si lo abrís en cualquier parte te das cuenta que cada oración está minuciosamente trabajada. La sensación, una vez terminado, es que te queda más la forma que el qué.
La forma: “Un pasamontañas que cae sobre los ojos” para describir al pasado, una vejez que llega y pone a toda una familia “frente a la pendiente resbalosa de los años decisivos”.
A la larga, eso es que lo que distingue a los escritores y escritoras.
Ojalá no falte mucho para una novela.