La primera materia

Cynthia Edul

¿Cómo y dónde comenzó la literatura? A esta pregunta ambiciosa que muchos han respondido recuperando las tradiciones orales y la poesía épica, Cynthia Edul la encuentra en las mujeres y el tejido. Urdiendo una tradición alternativa a través de una investigación histórica y a la vez poética, emerge una trama material para la conformación de nuestra imaginación: «Estamos tejidos de idéntica tela que los sueños», según la cita de Shakespeare.

La investigación se entrecruza en este libro con la propia trama familiar: el linaje de los inmigrantes sirios que hicieron la América con un pequeño emporio textil, luchando contra los embates de la economía argentina siempre oscilante. De ese entramado surgen preguntas que siempre vuelven: ¿Se puede romper con el legado? ¿Cómo armar un camino propio? ¿Dónde perduran los rastros de lo que fuimos?

Hilo, nudo, fibra, trama. En este libro los capítulos se vuelven retazos con los que Edul va armando una azada para protegerse (y protegernos) de la intemperie.

«Coser, bordar, cocinar, limpiar, cuántas maneras metafóricas de decir escribir». Tamara Kamenszain

 

FRAGMENTO

Lino, percal, sarga, poplín, voile, piqué, tafetán, viscosa, gabardina, lona, brin, granité, jacquard, algodón, lana, polar.

Dicen que los textiles están por todas partes, que cada uno de nosotros somos expertos en textiles. Nos visten, nos protegen del frío, llevamos telas sueltas con el calor intenso. Tocamos con nuestros dedos la tela y sabemos si una tela es suave, si es fuerte, si es calurosa, si es liviana y si se lleva con
comodidad.

Los textiles empiezan con la agricultura y el hogar. Del interior de los troncos de las coníferas
los primeros humanos extrajeron fibras con las que inventaron el cordel, y atando con él las piedras cortantes a sus mangos crearon hachas y lanzas. El cordel unió dos cosas que nos permitieron evolucionar.

A la Edad de Piedra algunos antropólogos también la llaman la Edad del Cordel.

Los textiles fueron las primeras formas que tuvo una casa en la historia de la humanidad. Hoy les dan refugio a los que son forzados a migrar. A los expulsados de la tierra.

Los incas usaban los nudos para escribir, llevar la contabilidad y conservar la memoria. Con
sogas elaboradas con lana de la llama, la alpaca y la vicuña, o con el algodón, realizaban los quipus. De una soga principal colgaban, como si fueran flecos, varios cordones de distintos colores; cada color tenía un significado diferente. Los nudos, que se hacían a distancias regulares, también tenían su significado. Se sabe que el quipu fue utilizado en la realización de censos, el conteo de las cosechas, en el comercio. También se sabe que el quipu fue
usado para transmitir relatos y poemas. El quipu se parece a la escritura porque tiene ocho millones de combinaciones posibles de cuerdas, nudos y colores. Los hilos son unidades semánticas.

Textiles que conservan la memoria, a pesar de que el tiempo pueda desgastarlos.

 

ISBN: 978-987-3633-41-6

Número de páginas: 120

Año de publicación: 2024